sábado, 23 de junio de 2018

Siete lecturas no literarias

Para variar un poco el contenido de este blog, para dotarlo de cierta heterogeneidad, en fin, por aquello del pluralismo intelectual, voy a dedicar esta entrada a reseñar con brevedad, quizá más de la debida, algunas de las lecturas de no ficción más interesantes que han pasado por mis ojos estos últimos meses. Que no todo va a ser novela, por mucho Thomas Bernhard que me pongan delante, ni, mucho menos, por muchos cuentos del yo en sus diversas manifestaciones que se vendan como pináculos de la literatura. Además, la lectura canario-española  que he leído me está resultando en estos dos años, con demasiada frecuencia, algo peor que decepcionante, lo que me me motiva a buscar nuevos horizontes. A colación, les adelanto que estoy ahora con uno de esos clásicos canarios que me están resultando toda una lata. Que no se diga que no es por empeño...

En fin, la siguiente lista no está escrita en orden de importancia o de valoración, sino que es solo consecuencia de mi mente desordenada y de los estímulos que me suscita esta mesa caótica, en la que el portátil está rodeado de torres de libros y de papeles por todos los lados menos por uno. 

Allá van estos siete magníficos:


1) Ibex35, de Rubén Juste. 

Un libro muy podemita, dicen, porque lo recomendaba (o le gustaba o yo qué sé) Pablo Iglesias, el amante de los plebiscitos. Prejuicios o simpatías aparte, el libro traza la historia de las privatizaciones de las empresas públicas en nuestro país desde la época de Felipe González hasta la actualidad, la continuidad del poder  de los cuadros franquistas en varidos consejos de administración, amén de la inserción generacional de altos cargos del PSOE de Solchaga y compañía, primero, y de Aznar, después en las grandes empresas de nuestro país. Además, también forman parte del cuadro la alta burguesía catalana y la vasca, que han pintado mucho en nuestra plutocracia patria. Quizá, como decía un reseñador de El Mundo, no diga nada que no se supiera, pero leerlo en su despliegue histórico, asombra y desalienta al mismo tiempo. ¡En manos de quiénes hemos estado y seguimos estando!


2) Nueva ilustración radical, de Marina Garcés.


Un ensayo cortito (no llega a las 70 páginas), pero potente, en el que se diagnostica el estado enfermizo de nuestra época, dominada por un pensamiento que la autora califica de "póstumo", caracterizado por la inminencia del desastre ecológico, social y personal como consecuencia del abandono del proyecto de emancipación ilustrado. Marina Garcés propone retomar los valores de la Ilustración y radicalizarlos, lo que parece más sencillo decirlo que hacerlo. Sobre todo, eso lo digo yo, cuando la ensalzada clase media sigue teniendo como aspiraciones el consumo y el entretenimiento, las clases depauperadas bastante tienen con llegar a fin de mes, y como fondo social tenemos una industria del entretenimiento que aborta el pensamiento reivindicativo en su misma concepción justo en aquellos sectores sociales que más se beneficiarían de la protesta. 


3) La doctrina del shock, de Naomi Klein.


Es un libro ya con mucho recorrido, y muy citado en monografías de todo género y condición. No importa: es un trabajo periodístico impresionante en el que se relacionan de manera harto convincente el uso de la violencia militar y policial con la imposición del neoliberalismo en distintos países del globo. Los casos de Chile, Bolivia, China, Rusia, etc., ejemplifican la 'doctrina del shock', por la que se logra imponer medidas de liberalización económica (y el enriquecimiento súbito de una minoría cercana a los gobiernos de turno) a una población a la que se le ha conmocionado de un modo tan intenso (shock) que es incapaz de oponerse a aquellas. Uno se queda, literalmente asombrado y aturdido. Deje Vd. por favor esa novela insustancial y hágase con este libro para no seguir en la inopia.



4) Clase cultural. Arte y gentrificación, de Martha Rosler.


La imbricación del arte moderno con las diversas formas de capitalismo, la ubicación de las artistas en las ciudades y el fenómeno de la gentrificación, el papel del artista como avivador de conciencas y/o soporte de la ideología capitalista aun en su trabajo artístico de pretensiones críticas: Martha Rosler, artista feminista (por etiquetarla de algún modo) expone con convicción y erudición su visión del papel del arte y del artista: contradictorio, a la vez reivindicativo y conformista, en estos ensayos y conferencias.
Echo de menos, exigente que es uno, esa capacidad reflexiva y ese acervo teórico en nuestros artistas locales, y nacionales, salvo excepciones. Lo nuestro consiste más bien en hacerle la pelota a los periodistas y comer en reservados con los políticos para que destinen dinero público a castillos y fundaciones artísticasOtro nivel, amigas y amigos.


5) El pueblo sin atributos, de Wendy Brown.



Partiendo de Foucault, pero ejerciendo la crítica también respecto de él, especialmente El nacimiento de la biopolítica (libro básico, por cierto, para todos aquellos que quieran comprender la dirección que han tomado los gobiernos y las sociedades en los últimos 40 años), la autora analiza el fenómeno ideológico del neoliberalismo y su encarnación en políticas económicas y en la configuración de un nuevo sentido común en la sociedad. Hegemonía creciente a partir de los años 70 del siglo pasado hasta la actualidad, en una evolución cuya última actualización es la financiarización de la economía y en la conformación de un nuevo modelo ciudadano constituido en responsable de sí mismo pero sin los medios (para la mayoría) para ejercer esa responsabilidad; empresario de uno mismo, y por tanto sometido a la justicia del mercado, en ausencia de solidaridad.


6) The Athenian Democracy in the Age of Demosthenes, de Mogens Herman Hansen. 


Qué quieren que les diga: un clásico moderno (1991) de un danés especializado en la Atenas clásica y posclásica. La obra de Mogens Herman Hansen es fuente de citas en toda bibliografía académica que directa o tangencialmente tenga como referencia a la democracia ateniense. En este libro se relacionan y analizan todas y cada una de las instituciones de la Atenas democrática después de Pericles (sí, de ahí lo de Age of Demosthenes) y no se olvida, además, de realizar sus propias valoraciones sobre ellas y compararlas con las instituciones de las democracias de nuestra era. Se lo pongo en inglés sencillamente porque no está traducido (que yo sepa). Me cuesta mucho lo de poner eso de lectura obligada, pero creo que para todo aquel estudioso (o curioso) tanto de la Atenas de esa época como de la democracia en general podría aplicársele.


7) Democracia participativa epistémica, de Sebastián Linares.


Este es, probablemente, uno de los libros más importantes de filosofía política de los últimos tiempos en el ámbito hispano. Su materia es, como su título nos hace sospechar, la participación ciudadana y la mejora epistémica de las decisiones colectivas que se deriva de ella y sus inconvenientes. Linares defiende su propio modelo participativo frente a otras teorías de la democracia, como la deliberativa, y también frente a la epistocracia, o gobierno de los expertos, además de analizar otras posibilidades en la elección de cargos como la del sorteo. Asimismo, aborda en profundidad el voto como elemento constitutivo de la democracia, la aportación epistémica de la abstención y la posibilidad o no de la inclusión (para votar) de menores, adultos tutelados, expatriados y extranjeros entre otros asuntos del máximo interés. 


  










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