domingo, 28 de enero de 2024

Primeras lecturas de 2024

 Abordo este artículo con la misma sensación que terminé el anterior, hace aproximadamente un mes: cierto cansancio, que se acrecienta de modo progresivo: la completa inutilidad de escribir sobre asuntos que carecen de importancia alguna, como la inmensa mayoría de la ficción novelesca. Mi lógica es la siguiente: como es posible que la mayoría de quienes escriben sean aquellos/as que disponen de tiempo, es decir, personas pertenecientes a la clase media o alta (traduzco: horas de ocio, trabajan en empleos relativamente cómodos), me da la impresión de que sus preocupaciones suelen consistir en recrear un ambiente pacífico donde transcurran aventuras de corte egocéntrico sin mayor trascendencia o escapismos distópicos copiados de otras novelas o series de televisión, cuando no, simplemente, en reafirmar su complacencia consigo mismos/as y con el mundo en que viven, y en ajustarse a imágenes preconcebidas del/de la escritor/a y su estatus. En definitiva, raro es que escriban algo que proporcione valor (cognitivo, estético, sentimental), al manos para mí.

Así les explico el desinterés prejuicioso que siento por lo publicado en los últimos, digamos, dos o tres meses en Canarias. Además, libros cuyos autores/as ya han pasado por este blog, a veces de la peor manera. Estoy deseando encontrar a algún/a escritor/a que zarandee este pesimismo literario y me haga envidiarlo/a como un creyente católico a Saulo de Tarso (o San Pablo). Una obra que no hace falta que sea perfecta, la definamos como imaginemos, sino que, aun por pocas páginas, me desquicie, me azore y me abofetee (no necesariamente en ese orden). 

El medio escrito permite, supongo, finitas posibilidades de cambio, novedad y variaciones de estilo. No obstante, disto de creer que se hayan agotado, que solo sea posible elegir entre un realismo más o menos fácil y un experimentalismo ilegible, etc. Lo peor, para mí, no es el espacio entre lo imaginado y lo ejecutado, entre el relato en la mente del escritor y su plasmación en la página, ese abismo donde se precipitan las mejores intenciones, sino la absoluta falta de atrevimiento de la mayoría de quienes publican, el pasmoso conformismo con supuestas formas de escribir, con el dócil y alegre sometimiento a esquemas de tal o cual género literario, la entregada disposición a no molestar a nadie ("no vaya a ser que..."). 

Podría resumir lo anterior en que el aburrimiento es, simplemente, desalentador. Que no vale la pena escribir sobre autores/as deficientes tanto en el estilo como en el pensamiento; que no merece el esfuerzo escribir sobre plumillas culturales empeñados en convertirse en mentores/as ni respecto de reseñadores mentirosos ansiosos por convertirse en referentes de algo. En todos los casos, la crítica no les afecta porque, en realidad, su negocio es otro: la construcción de un currículo y el reconocimiento social (por magro que sea) por su supuesta pertenencia al contenido de un concepto, llámese escritor, artista o crítico

De aquí se sigue que, en la línea de los últimos artículos, me limitaré a seguir compartiendo con Vds. mis más recientes adquisiciones de libros, mis lecturas y mis intenciones de lecturas, con todas sus combinaciones. Hay algo hermoso en compartir, sobre todo cuando uno no teme saber menos que quien te lee, sino, al contrario, aprender algo de esas personas. Así que espero que interactúen más con este lector.

A la sazón:

Lista de libros adquiridos y comenzados a leer:

-Capitalismo gore, de Sayak Valencia, editorial Melusina. Este libro llegó a mí por la interesante entrevista que le hizo Mariano de Santa Ana a la autora, en el menguante (y casi siempre irrelevante) suplemento de La Provincia/El Día.

-El Capital, de Karl Marx. Harto de la versión digital y de saber más de él por las glosas que por la lectura directa. Apoyado por El orden del capital, de Carlos Fernández Liria y Luis Alegre Zahonero, Akal.

-La ira azul. El sueño milenario de la revolución, de Pablo Batalla, editorial Trea. De este autor ya leí con provecho Los nuevos odres del nacionalismo español, en la misma editorial, que recomiendo.

-Colaboracionistas: Europa occidental y el nuevo orden nazi, de David Alegre, Galaxia Gutenberg. Sobre los movimientos fascistas en la Europa previos a la II Guerra Mundial y su posterior colaboración con la Alemania nazi.

-Contra la distopía. La cara B de un género de masas, de Francisco Martorell Campos, La Caja Books.

-Los intelectuales en el drama de España, de María Zambrano, en Alianza Editorial, a resultas de unas jornadas de la UNED, a cargo de Jesús Díaz Álvarez y Rafael Cotelo Pazos.